La educación peruana tiene a la persona como centro y agente
fundamental del proceso educativo.
Se sustenta en los siguientes principios:
a) La ética, que inspira una
educación promotora de los valores de paz, solidaridad, justicia, libertad,
honestidad, tolerancia, responsabilidad, trabajo, verdad y pleno respeto a las
normas de convivencia; que fortalece la conciencia moral individual y hace
posible una sociedad basada en el ejercicio permanente de la responsabilidad
ciudadana.
b) La equidad, que garantiza a todos iguales oportunidades de acceso,
permanencia y trato en un sistema educativo de calidad.
c) La inclusión, que incorpora a las personas con
discapacidad, grupos sociales excluidos, marginados y vulnerables,
especialmente en el ámbito rural, sin distinción de etnia, religión, sexo u
otra causa de discriminación, contribuyendo así a la eliminación de la pobreza,
la exclusión y las desigualdades.
d) La calidad, que asegura condiciones adecuadas
para una educación integral, pertinente, abierta, flexible y permanente.
e) La democracia, que promueve el respeto
irrestricto a los derechos humanos, la libertad de conciencia, pensamiento y
opinión, el ejercicio pleno de la ciudadanía y el reconocimiento de la voluntad
popular; y que contribuye a la tolerancia mutua en las relaciones entre las
personas y entre mayorías y minorías así como al fortalecimiento del Estado de
Derecho.
f) La interculturalidad, que asume como riqueza la
diversidad cultural, étnica y lingüística del país, y encuentra en el
reconocimiento y respeto a las diferencias, así como en el mutuo conocimiento y
actitud de aprendizaje del otro, sustento para la convivencia armónica y el
intercambio entre las diversas culturas del mundo.
g) La conciencia ambiental, que motiva el respeto, cuidado y
conservación del entorno natural como garantía para el desenvolvimiento de la
vida.
h) La creatividad y la innovación, que promueven
la producción de nuevos conocimientos en todos los campos del saber, el arte y
la cultura.