Tiene como objetivo es propiciar la reflexión
sobre la práctica pedagógica y el trabajo colegiado, así como orientar la toma
de decisiones sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este documento se
sustenta tanto en los principios del enfoque por competencias y del enfoque de
evaluación formativa, promovidos desde el Currículo Nacional de Educación Básica,
como en la visión de una docencia reflexiva y colegiada, que “reconoce la
diversidad y asume la necesidad de responder a ella desde una lógica menos
predefinida, más interactiva, basada en consideraciones culturales,
ético-morales y políticas, que no son las mismas en todos los casos y que
exigen adecuación constante como condición de eficacia y calidad”.